jueves, 28 de noviembre de 2019

EL IRLANDÉS: NETFLIX ASPIRA COMPETIR POR EL ÓSCAR 2020

Hace un par de décadas leí un artículo que decía: "ahora la gente ve más cine, sin embargo va menos al cine" Por supuesto se refería al éxito de las películas de pantalla gigante difundidas por televisión abierta, televisión pagada, y la consolidación del VHS (legal e ilegal) que posteriormente se haría a un lado para dar paso al disco DVD (legal e ilegal).

Actualmente la televisión se mantiene, el VHS ha desaparecido, y los formatos DVD & Blu-Ray están en peligro de extinción, sin duda debido al download (pirata) de internet; y plataformas legales como Amazon, Crunchyroll, Disney Plus, y el actual rey de todos: Netflix.


Respecto a los sitios autorizados para ver series y películas on-line no puedo evitar una polémica pregunta: ¿Por qué pagar por algo de internet que se puede ver gratis en la misma internet? Sin embargo mucha, muchísima gente está desembolsando dinero mes a mes en suscripciones. Y esto debo ser bueno, ya que -suponemos- los estudios reciben respectivos ingresos cuando sus obras son visionadas en plataformas legales. Esto en cuanto a las obras para cine y televisión. Pero el asunto que en verdad me llena de asombro son las series y películas protagonizadas por estrellas y realizadas por directores famosos, exclusivas para esas plataformas. Ni en mis más locos sueños hubiese concebido algo así. Pero esa es la realidad que estamos viviendo.

En el asunto de premios audiovisuales, Netflix ya marcó la diferencia cuando su "House Of Cards" arrasó con los Emmys. Y fue cuestión de poco tiempo para que sea tomada también en cuenta por la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood.


Con "Roma", Netflix marcó un hito a principios de este año al aspirar nada menos que a diez óscares -incluyendo mejor película del año- y obteniendo tres: mejor logro en dirección (Alfonso Cuarón); mejor logro en fotografía (también Cuarón) y mejor película en idioma extranjero. Por supuesto esto produjo algunos comentarios en el mundillo cinematográfico, el más destacado fue el de Steven Spielberg, quien manifestó que: "las películas para internet deberían ganar emmys, no óscares" Por supuesto que la Academia suele ser muy estricta en estos aspectos, y Netflix lo sabe, cumpliendo para ello el requisito mínimo para aspirar a la estatuilla dorada, que es el de exhibir comercialmente y por un tiempo limitado (3 semanas) en cines de L.A. los filmes que consideren con la calidad suficiente para competir en los óscares, antes de colocarlos definitivamente en su plataforma. El requisito de proyección no es nuevo: cabe indicar que "Candilejas" de Charles Chaplin (1952) compitió en los óscares 20 años después ya que en ese tiempo nunca la habían exhibido en un cine de Los Ángeles (¡!)

Y esto nos lleva a: "El Irlandés" monumental obra del gran Martin Scorcese, de tres horas y media de duración y un presupuesto de 140 millones de dólares, que cuenta la historia de Frank Sheeran, un camionero que se vuelve asesino a sueldo para el gángster Russell Bufalino (Joe Pesci) y guardaespaldas del poderoso sindicalista Jimmy Hoffa (Al Pacino). Scorcese vuelve a uno de sus temas favoritos (la mafia) que ya nos había brindado en obras maestras como: "Buenos Muchachos" y "Casino"

UN CINE DE ABUELOS

Los fans de la "Mafia Según Scorcese" estarán más que contentos ya que en "The Irishman" verán a sus actores predilectos: De Niro, Pesci, Harvey Keitel y la adición de Al Pacino. Asimismo, Scorsese añade sus ingredientes habituales: violencia estremecedora, asesinatos sangrientos, voz en off del prota, movimientos de cámara elegantes, impactante atmósfera urbana. Todo esto nos hace olvidar que prácticamente estamos viendo un cine geriátrico: sus protagonistas sobrepasan los 70 años (Keitel ya cumplió 80) Y no quisiera herir susceptibilidades, pero esto tal vez pudo ser una limitante...



"Industrial Light & Magic" hace un estupendo trabajo rejuveneciendo a los actores todas las veces que las escenas lo requerían. Pero como que había algunos momentos en los que se notaba en la expresión corporal de estos intérpretes el indolente paso del tiempo (De Niro golpeando al carnicero en la calle) Tal vez en esos instantes se necesitaban actores menos ancianos. Pero todo eso queda en un plano muy secundario cuando estos monstruos sagrados nos dan auténticas lecciones de interpretación: Pacino pidiendo a De Niro que no renuncie; Pesci ordenando -sin decir nada y sin hacer ni un sólo gesto- la muerte de un patán que los insultó; De Niro sentado en su silla de ruedas después de comprar su ataúd y elegir su tumba. Momentos aparentemente fríos y simples pero de gran carga emotiva cómo sólo un maestro de la imagen puede lograr.

Y finalmente quiero mencionar la maravillosa fotografía de Rodrigo Prieto (quien ya había trabajado con Scorsese en "Silencio" y "El Lobo De Wall Street") que me hace sentir pena al no haber podido contemplar esta magnífica película en el cine como debió ser.